En este blog pretendo narrar el contenido de un viaje de 21 días por el norte y centro de Italia, durante el mes de julio de 2012, en una furgoneta camper, una Nissan Trade del 89, que compramos en 2010, y, de la que, por diversas circunstancias, apenas habíamos podido disfrutar hasta el pasado verano de 2012, cuando nos resarcimos con creces con este viaje maravilloso.
Éste fue el recorrido que llevamos a cabo (haz click en la imagen para ampliar):
Preparamos el viaje ayudándonos, además de un Tomtom, de los mapas de carreteras de Michelin de Francia y de Italia, así como de estas guías de viaje: la guía Michelin "Norte de Italia, Venecia", "Maxi Guía Viva Italia", de Anaya Touring Club y las guías de "Florencia en dos días" y "Venecia en dos días", de ElPaís. De todas ellas, la más recomendable es la primera (¡Michelin nunca falla!). Para lugares de pernocta, nos valimos de los campings del Tomtom, de los furgoperfectos del foro www.furgovw.org (http://www.furgovw.org/mapa_furgoperfecto.php), y también tuvimos en cuenta, obviamente, las indicaciones de áreas de autocaravanas en las diferentes ciudades. El foro furgovw.org tiene además un extraordinario apartado de crónicas de viajes (http://www.furgovw.org/index.php?board=28.0), donde los foreros comparten sus distintas experiencias, que se hace un punto de partida esencial a la hora de viajar (¡lo recomiendo encarecidamente!)
Y, éstos son los puntos negativos (¡quizá sea mucho decir negativos!, si acaso, los peros que encontramos) y positivos del trayecto (por resaltar algunos aspectos concretos, porque todo el recorrido fue impresionante).
Lo peor del viaje:
- El mal estado de las carreteras italianas (especialmente, fuera de las autopistas de peaje): estrechas, sinuosas, carentes de arcén, bacheadas, con intersecciones peligrosas y una señalización defectuosa, insuficiente e, incluso, confusa (especialmente en travesías urbanas).
- La conducción de los italianos: poco generosos (dificultan la incorporación, no te facilitan que salgas en cruces peligrosos) y muy imprudentes (la línea continua es mero decorado para ellos, adelantan constantemente en continua e incluso en cambios de rasante o tramos con poca visibilidad, y usan constantemente el móvil). En general, la personalidad de los italianos no dista mucho de los tópicos, y, salvo excepciones, son arrogantes, irascibles, y tienen mal carácter, o, cuanto menos, muy voluble; no nos resultaron nada acogedores, excepción hecha de ciertas zonas (como la Cinque Terre, Rávena, Ferrara, el Véneto y algunos pueblos poco turísticos de la Toscana como Pienza).
- Los peajes franceses: carísimos.
- El clima: la ola de calor que sufrimos en la Toscana hizo durísima la ruta por esta zona, y el calor húmedo y pegadizo de Venecia también lo recordaremos siempre.
- Las aglomeraciones de turistas en Florencia, Venecia y Verona; sobre todo, Florencia: ¡la cola de la Galería de la Academia fue una auténtica pesadilla!
- ¡Los mosquitos de la Toscana! ¡Imprescindible repelente!
Lo mejor del viaje:
- Las ciudades de Lucca, en Toscana, y Ferrara, en la Emilia-Romaña, cuya belleza nos cautivó y nos sorprendió porque no gozan del renombre de otras villas italianas y nos parecieron encantadoras.
- Todo el patrimonio histórico-artístico que visitamos, de un valor indescriptible, destacando, en este sentido, el conjunto monumental de la Piazza dei Miracoli de Pisa (su nombre hace justicia: ¡son auténticos milagros!) así como la majestuosa catedral ("belleza infinita") de Siena y su grandilocuente Piazza Il Campo.
- El enclave natural y el encanto propio de la Cinque Terre, a la que, sin duda, volveremos en otro mes, evitando las aglomeraciones de julio y agosto y el bochorno estival que padecimos.
- Los mosaicos bizantinos de Rávena: impresionantes.
- Y, cómo no, Venecia, para la que sobran los adjetivos.
En cuanto a los precios de gasoil, lo que primeramente hay que destacar es que en Francia y en Italia, sobre todo en Italia, hay mucha más competencia que en España y los precios divergen bastante de unas gasolineras a otras, influyendo sobre todo el hecho de que estén en autopistas (más caro) o en carreteras secundarias o ciudades. En Francia, donde llenamos siempre en áreas de servicio de autopistas, las tarifas oscilaron entre 1,40 y 1,50 € aproximadamente, no variando mucho con respecto a las españolas (1,38-1,45 €); pero, en Italia, la disparidad era mucho mayor y podían variar entre 1,40 y 1,70 €. Respecto a las gasolineras italianas y francesas, hay que tener en cuenta que sólo es posible pagar con tarjeta durante el horario de atención al público, y, al contrario que en España, paran para comer. Fuera del horario sólo se puede pagar con tarjetas nacionales, no con tarjetas españolas.
Respecto al pago con tarjeta, tampoco nos lo aceptaron en varios museos y monumentos italianos (como la Galería Uffizzi y la Galería de la Academia de Florencia). Resulta conveniente, por tanto, llevar bastante en efectivo.
De todas formas, en relación con las entradas, el mejor consejo es comprar los tickets por internet antes de iniciar el trayecto (fundamentalmente para la Galería Uffizzi y la Galería de la Academia de Florencia): los que adquieren la entrada por anticipado forman una fila distinta, mucho menor, y acceden más en cada turno. En ciertos casos, el ahorro de tiempo evitando la cola sin entrada puede superar las dos horas. En cualquier caso, en los alrededores de los monumentos (en particular, los dos arriba mencionados), hay una reventa legal de entradas anticipadas, que se anuncia como "skip the line", pero, llevan aparejadas una comisión exorbitante (nosotros nos negamos a comprarlas).
Finalmente, debe tenerse en cuenta que para entrar en edificios religiosos en Italia es necesario llevar hombros y muslos cubiertos (hasta la rodilla). En ocasiones, facilitan en los pórticos de algunas iglesias una especie de togas para que aquellos que no cumplan este requisito puedan pasar; eso sí: en determinados casos (por ejemplo, en la Basílica San Marcos de Venecia), son de pago.
Muchas gracias por los consejos, es un viaje que tenemos pendiente.
ResponderEliminarGracias por seguirme, Francisco. Es un viaje precioso. Los inconvenientes fueron el calor y las aglomeraciones de turistas, así que si podéis, intentad ir en otras fechas. Aún quedan varios días, los iré subiendo poco a poco.
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